Hay  misiones en la vida. Una, urgente y necesaria es la transformación de la vida pública. Se ha dicho con toda claridad, sin tapujos ni disfraces y aunque incomode a algunos, la propuesta se planteó desde el principio.

Un principio que no empezó en 2018 con la asunción de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, sino muchos años atrás cuando se concretó la organización del movimiento regeneración nacional, que luego se convirtió en el partido político Morena.

Aquella unión de mujeres y hombres libres, que juntos venían luchando por la democracia, marcó el objetivo y el rumbo: la transformación pacífica y democrática del país. 

Lograrlo ha implicado un largo tiempo, así como derrotas y enormes aprendizajes, pero los ideales de garantizar a todo el pueblo una vida digna, derechos plenos, justicia y equidad, se han venido materializando.

Morena, la esperanza

Es decir, para hacer realidad el cambio, las palabras e ideales, se tienen que poner en papel, en programas de gobierno, en políticas públicas.

Por eso, una de las grandes misiones es ganar el Congreso para que la transformación de la vida del país, quede inscrita en leyes, derechos y presupuestos.

Aunque parece absurdo, pero la oposición se llama a sorpresa cuando Morena declara sus propósitos de ganar la mayoría en las legislaturas, como si no supieran para qué sirve un partido político. 

Bueno, si saben pero las lecciones que tomaron en el régimen neoliberal fueron las del abuso del poder, el enriquecimiento ilimitado de unos cuantos a costa del empobrecimiento de la mayoría de la población.

De ahí, que sigan pataleando por haber perdido sus privilegios y renieguen del apoyo que se le da al pueblo. 

Y es que la oposición parece no darse cuenta de la degradación social, política y económica de la que fueron artífices. No lo ven porque nunca han mirado más allá de sus narices, porque solo miraron sus bolsillos, sus cuentas bancarias, el incremento de sus patrimonios.

La apuesta

Por eso, para enfrentar esta degradación, esta decadencia, no basta con acciones que mejoren las condiciones materiales, es impostergable hacerlas ley, dejarla bien claro el propósito de la administración pública para que nunca más regrese el imperio de la impunidad y de la corrupción.

La apuesta es clara: ganar el Congreso, tener mayoría en cada legislatura, hacer de cada legislador el portavoz de la realidad del pueblo.

Para eso se fundó Morena, para la construcción de una vida y una sociedad mejores e incrementar el bienestar espiritual, político, social, económico y ambiental de las y los mexicanos.

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M21